"Tüfei
taiñ seña, rakin antü mülei tüfa meu, mülei ñi ñampiniengeal tüfachi püron kake antü, kiñelewechi püron
meu, fei müleai fücha trawn fillpüle"[1]
“ Esta es
nuestra señal, contiene los días contados, hay que deshacer un nudo cada día;
el día que queda el ultimo habrá concentraciones en todas partes"
El proceso político y militar de
ocupación y dominación de nuestro Pueblo comienza con la creación de la
provincia de Arauco en 1852, con esto se legitima la presencia winka en Wallmapu,
teniendo como objetivo final la instalación de los grandes capitales de la
época.
La estrategia de ocupación consistía
en el avance de líneas fortificadas en los ríos Malleco (1868), Traiguen (1878)
y Cautin (1881), con este avance se
“limpian” terrenos, al replegarse los mapuche al sur, para la
posterior construcción de Pueblos y la
colonización de quienes representaban el “progreso” para el Estado de Chile.
Posterior a la fortificación de la última
línea, en el río Cautin, se realiza un alzamiento general Mapuche, y así finalizan casi 30 años de resistencia, que en
periodos fue abiertamente una guerra de exterminio contra la Nación Mapuche,
que durante este tiempo creo diversas tácticas y estrategias para resistir por
décadas la invasión, aprovechando el manejo del terreno y gracias a los hábiles
estrategas mapuche. Esto alentó el
alzamiento, se pensó que con el fuerte de las tropas chilenas combatiendo en el
norte, existían mayores posibilidades de vencer.
Así transcurría 1881 y el descontento crecía, las primeras
muestras de ello lo vemos en enero, cuando se realiza un segundo ataque al
pueblo de Traiguen, lo que marca el
inicio de un alzamiento generalizado en todo Wallmapu, a partir de esto se hacen
cotidianas las emboscadas, se asedia a los fuertes y fortines, se queman
haciendas y siembras de los invasores, además de sabotear las comunicaciones
winka, cortando las líneas del telégrafo, así se encendía nuevamente la mecha de la rebeldía
en Wallmapu.
Como respuesta comienzan incursiones
de parte del ejercito chileno, él que es constantemente hostilizado durante todo
su trayecto, sin embargo se construyen nuevos puestos militares en la línea del Cautín, fundando en febrero
los fuertes de Quino, con casi 300 efectivos del ejercito chileno, luego se
funda Quillem, Pillanlelbun, y Temuco el día 23 de febrero, todos con una
dotación similar de soldados, con esto
quedaba claro que el Winka venía para quedarse y consigo traía y el avance
depredador por la tierras.
Con esto, la insurrección general mapuche ya estaba en
marcha, y solo se esperaba que finalizara el invierno, algunos intercambiaban
diversos artículos por hierro, para la elaboración de puntas de lanzas, esto en
Lebu, Cañete y Arauco. De esta forma se utiliza la confrontación armada como última alternativa para detener la
invasión Winka, ya el despojo era cotidiano, así como los asesinatos. El
engaño, la codicia y la usurpación se quisieron detener con la lanza en la
mano, así nuestros pu Werken cruzaron todo
el Wallmapu, de punta a punta coordinando la resistencia.
El Püron füu o cuerda con nudos, recorría
las comunidades, pasando por las localidades de Makewe, Kajon, Llaima, Aillipen, Temuco,
Victoria, Lonquimay, Quepe, Puren, Lumaco, Los sauces, Budi, Tolten, Boroa,
Imperial, Chol Chol, Tirua, Carahue,
Trovolhue, Newentue, Cañete, entre otros en Ngulumapu, y así
también llega a Puelmapu desde donde viene un fuerte contingente de pu Weichafe[2].
"Al
aclarar el día 4 se supo en toda la línea del Cautin la sublevación de los indios...
Se esperan de un momento a otro grandes acontecimientos, porque se corre que
toda la indiada esta alzada y que esperan solamente la voz de mando para
dejarse caer sobre todos los fuertes chilenos, tanto los antiguos como los
últimamente construidos."[3]
Tal como lo consignaba El Mercurio, el día 5 de Noviembre,
la fecha acordada, son atacados coordinadamente todos los reductos chilenos, se intentó aislar a todos los fuertes, para
evitar que se auxiliaran mutuamente. Son miles los Weichafe que se movilizan
por todo el Wallmapu, destruyendo fuertes y ciudades, Quillem, Imperial, Purén,
entre otras. Mientras que en otros casos, solo se logró acosar, sitiar y
destruir parcialmente las fortificaciones, siguiendo antiguas estratagemas y
tácticas, tales como, ataques en oleadas
y por distintos puntos.
Se realizaban ataques y posteriormente se retiraban con
intención de cansar a las tropas chilenas y agotar sus municiones y así tomar el pueblo por la noche, como sucedió en
el ataque a Lumaco, en donde además se quiso atacar desde el interior. Para
ello, algunos Lonko que históricamente
habían sido aliados chilenos, se presentan ofreciendo ayuda, esperando ingresar
y actuar desde el interior al momento del combate, sin embargo los Lonko,
Mamkemilla, Kanuleo y Pinoleo, y sus
Weichafe son tomados prisioneros y algunos de ellos ejecutados durante la noche.
A pesar de ello, el triunfo mapuche se hubiera obtenido,
sino fuera por la llegada de tropas y municiones enviadas por Gregorio Urrutia,
los que fueron enviados desde el norte, llegando en la mañana, cuando se
aprestaban los Weichafe al ataque final.
Mientras en el ataque al fuerte de
Ñielol se intentaba ocupar, una antigua estratagema mapuche, dirigidos por Millapan,
durante la noche se trató de ingresar al fuerte haciéndose pasar por
comerciantes, se disfrazan los weichafe con cueros de ovejas, e imitando los
balidos de vacas y ovejas, rodearon el fuerte, esta vez no resultó, el fuerte
ya estaba en aviso, mapuche traidores habían conducido a las mujeres a quienes
se les había arrebatado las ovejas y carretas para la ejecución de esta acción.
Igualmente en Temuco son rechazados, a pesar de causar enormes daños en las
instalaciones triunfa la superioridad de las ametralladoras y cañones.
Finalmente el alzamiento duró por
alrededor de una semana, y para ser sofocado el ejército tuvo que traer
refuerzos de distintos lugares como Concepción, Talcahuano y Santiago con
soldados de las tres ramas del ejército, son alrededor de 4 mil, los hombres
que sofocaron el alzamiento mapuche.
Los principales factores que marcan
la diferencia son, el ferrocarril, que permitió la movilización rápida de
contingente desde Santiago, el telégrafo y principalmente la superioridad de
las Ametralladoras y cañones, frente a lanzas y una que otra arma de fuego
mapuche.
Además otra diferencia de este
décimo levantamiento general, es que el
campo de acción del ejercito mapuche era desde Malleco al sur, a diferencia de
los anteriores, que se realizaron en la totalidad del territorio mapuche
original, esto es del Bíobío al sur, lo que sin duda marcó una desventaja para
la guerra móvil que desarrolló nuestro pueblo, además de eso hubo Weichafe que
no alcanzaron o no pudieron actuar, ya que existía una división del ejercito chileno
ambulante tras de ellos. Importante de destacar que en esta ocasión se combatió
en el terreno del enemigo, debido a la contingencia, no así como anteriormente
se había desarrollado la guerra desde los tiempos de Leftraru, en donde eran
los mapuche, los que definían el donde y el cuando.
A pesar de que, en esta ocasión no
fue favorable para nuestro pueblo, este echo marca un hito en la historia
mapuche: el camino de resistencia, nuestro antiguos comprendieron lo que se
venia e hicieron lo posible y lo imposible por detener la invasión, aun cuando
esto significara regar la sangre mapuche en defensa de la libertad, por ello es
necesario recordar y nunca olvidar que nuestro pueblo resistió la invasión del
Estado y el Capital y lo hizo de pie y combatiendo.
(Publicado en “Pvron Fve” de Agrupación
Mapuche Kilapan)
[1] Relatos de Pascual Coña.
[2] Es importante
señalar que los lugares mencionados, son solo aquellos que aparecen en la
historiografía escrita, aún falta por escribir lo que ha quedado en la memoria
colectiva de nuestros mayores, que sin duda es la parte mas importante y es
tarea de todos.
[3] El Mercurio, jueves 10 de noviembre de 1881.
Muy interesante... pero oye, no será bastante exagerado hablar de "la instalación de los grandes capitales", se trata de colonización por país pobre y colonos igualmente pobres...
ResponderEliminarLa "pacificación de la Araucanía" se debería traducir en convivencia pacífica y en trabajo y progreso para todos...
Un abrazo!